Consejos para evitar estafas telefónicas en tiempos de virtualidad y pandemia.

Consejos para evitar estafas telefónicas en tiempos de virtualidad y pandemia.

Los riesgos de la no presencialidad

 

El aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) en la Argentina se ha flexibilizado considerablemente en los últimos meses. Con la llegada de las vacunas contra el COVID-19, se vieron reducidas las restricciones, abriendo paso a la realización de actividades sociales que, hasta hace unos pocos meses, se consideraban “prohibidas”.

 

Sin embargo, las estafas y los engaños telefónicos, los llamados “ciberdelitos”, no han cesado sino que, por el contrario, se vieron incrementados en número durante la cuarentena, siendo los adultos mayores el blanco de estos delitos. 

 

Los delincuentes, aprovechan el rápido avance de las tecnologías de la comunicación y las dificultades que ello provoca en las personas que no logran procesar el gran volumen de información.. Así es que los más vulnerables dentro de la virtualidad – los adultos mayores- son engañados por los estafadores, que buscan obtener información personal y con ello solicitar préstamos y, en muchos casos, vaciar sus cuentas bancarias.

 

Modalidades de estafas:

Las estafas son realizadas mediante llamadas a los teléfonos personales de las víctimas, pudiendo darse las siguientes modalidades:

 

  • Los ciberdelincuentes aseguran a las víctimas que las mismas se “vieron beneficiadas por un pago retroactivo de la ANSES” y que, para proceder al cobro, deberá ir al cajero más cercano a su domicilio y realizar una transferencia bancaria, a fin de iniciar el trámite.
  • Otra de las maniobras utilizadas para cometer fraude es, mediante llamado telefónico, que los ciberdelincuentes simulan ser “empleados” de alguna entidad bancaria e informan a las víctimas que el Banco procederá al cambio de billetes de animales o próceres, ya que “dejarían de estar en circulación”. Allí se les comunica que un empleado se acercará a su domicilio a concretar el cambio del dinero que será “reemplazado”, con lo cual verifican los datos personales de la víctima y la zona en donde reside, su composición familiar, detectando si vive sola o acompañada.

Las reiteradas estafas telefónicas y su incremento en épocas de Pandemia, son moneda corriente y, en la realidad, son los adultos mayores los más vulnerables ante este tipo de prácticas delictivas.  

 

¿Qué se puede hacer frente a una estafa telefónica?

Si hemos sido víctimas de este tipo de ciberdelitos, siempre debemos denunciar el hecho ante la Policía, instar la acción penal ante la Justicia, realizar el reclamo -acompañando la denuncia policial- en la entidad bancaria que se trate y proceder a efectuar el reclamo ante la Oficina de Defensa del Consumidor, proporcionando información concreta y toda otra prueba con la que se cuente, para demostrar la estafa.

 

Además, las entidades bancarias tienen el “deber de seguridad” y la obligación de verificar la identidad del usuario antes de efectuar cualquier operación, más aún cuando se trata de solicitud de préstamos o transferencias de gran cantidad de dinero.

 

La importancia de estar alerta y prevenir

Para evitar estafas telefónicas, se recomienda a los adultos mayores:

  • NO brindar datos personales por teléfono, a ninguna persona (CBU, número de cuenta bancaria, clave de seguridad social, DNI o relaciones familiares)
  • NO concurrir a cajeros a efectuar transferencias sin corroborar antes la veracidad de los que se les ofrece.
  • Si vuelven a llamar de ese número insistiendo con la misma propuesta, bloquear el número de celular.
  • Estar alertas a cualquier llamada de número desconocido y, en caso de dudas, solicitar el auxilio de otro familiar.
  • Tener presente que la ANSES no se comunica telefónicamente para solicitar datos personales. 

Lamentablemente, son cada vez más los casos de estafas a jubilados, quienes resultan damnificados y no encuentran solución ni amparo en la Justicia. Son obligados a pagar cuotas de créditos que no pidieron, consecuencia de fraudes telefónicos y operaciones criminales. 

 

Es por ello que hoy más que nunca, en épocas Pandemia y en un mundo donde reina la virtualidad, los adultos mayores deben estar alertas, no confiarse, prevenir, y ante este tipo de llamadas activar la “luz roja”, cortando toda comunicación frente a quien les solicita información sobre sus datos personales.

 

Mediante engaños y manipulación, los delincuentes envuelven a los adultos mayores y consiguen que éstos les proporcionen información sensible, datos personales y de seguridad de sus cuentas bancarias.  

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